Por Freddy Esteban Ortuño Cassón
PhD. Derecho Autonómico
El destacar la antípoda ubicación entre quienes defienden el referéndum del 21F y los que
apoyan la re elección presidencial no es novedad pero, en todo caso, resulta más que
interesante analizar las formas y maneras mediante las cuales se expresan. Será pues interés
de este artículo, enfocar el problema desde un punto de vista conductual o humanista, si se
prefiere.
Puestos ya en faena, debemos necesariamente, confrontar dos conceptos que se ajustan a
nuestra prospección, siendo estos la convicción y el adoctrinamiento. La convicción es el
resultado del convencimiento libre y razonado que genera la suficiente motivación para que
una persona actúe en defensa o resguardo de lo que se cree que está bien. Por su parte el
adoctrinamiento, es la inoculación de ideas externas que son asumidas como propias por una
o más personas. De tal manera el convencido, actuará desde su fuero interno y estará
motivado por el pleno conocimiento y dominio de sus acciones, mientras que el adoctrinado
reaccionara ante estímulos implantados de manera externa y aunque en ocasiones no
entienda el fondo de su rechazo, luchara intensamente con lo que él cree que está mal.
Los defensores del BOLIVIA DIJO NO, actúan basados en la convicción de ser poseedores de
una verdad real, objetiva y matemáticamente innegable, tal y como son los resultados del
referéndum de 21 de febrero de 2016, por lo que su comportamiento no es definido por el
odio, al contrario, su motivación es el amor a su patria y a su ideología democrática, a tal
punto que sus manifestaciones cívicas son eventos en donde participa toda la familia; en las
que podrá haber indignación por el cinismo oficialista, pero nunca odio.
En contra posición, los partidarios de la re elección presidencial, basan su motivación en
hechos fácticos que en rigurosa objetividad, son muy inestables. Así teorías como “El cartel de
la mentira”, “El derecho humano a la re elección”, “Los argumentos de la Sentencia
Constitucional de re elección”, etc., son más excusas que verdades. Ahora bien, al no existir
una verdad clara, necesariamente de debe recurrir al adoctrinamiento a efecto de generar
acciones que justifiquen tales excusas; en todo caso al no dominar la lógica de las ideas
implantadas externamente, las reacciones de apoyo son impulsadas por sentimientos de
aversión, que hacen que se ataquen los símbolos del opuesto, fíjese sino, la expresión de furia
de la Diputada Plurinacional del MAS, que a mordiscos destroza un afiche del BOLIVIA DIJO NO.
Así las cosas la convicción, al ser una verdad no necesita ser impuesta, mientras que el
adoctrinamiento, al no estar basado en paradigmas objetivos, debe recurrir a la fuerza e
incluso al engaño para ser efectivo.