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CULTURA COLECTIVA

DIU, condón, gel, diafragma, parches. La mayoría conocimos estos métodos anticonceptivos desde que estábamos en la primaria. La urgencia del gobierno porque la población mexicana conociera por lo menos una forma de prevenir el embarazo devino del número de chicas que llegaban a los hospitales a dar a luz, pues muchas de ellas, debido a su corta edad, murieron durante el parto.

Afortunadamente, la educación en torno al control de natalidad surtió efectos positivos; no obstante, al mismo tiempo que la gente recurría con mayor frecuencia a estos métodos, los mitos alrededor de estos también se acrecentaban. Los anticonceptivos más atacados y afectados por estas especulaciones fueron los químicos empleados en caso de emergencia, para ser más específicos, la pastilla del día siguiente.

 Esta píldora trabaja a partir de una hormona sintética llamada levonorgestrel, cuyos efectos son una alteración dramática en la ovulación. Por esta razón se considera un método de emergencia, lo cual significa que no debe de ser ingerido con frecuencia.

¿Cuáles son los mitos que rondan a esta pastilla?

Uno de los mitos más comunes es pensar que el uso constante de este medicamento reduce su eficacia. Hay que tener en cuenta que no se trata de una píldora como la que nos dan cuando estamos enfermos de gripe, ya que no ataca un virus que pueda hacerse inmune a ella. Lo que ocurre es que al ocasionar un desajuste hormonal, que desestabiliza el periodo menstrual, es más difícil saber cuando una mujer está ovulando. En algunos casos esa imposibilidad de detectar días fértiles hace que las chicas se confíen y tengan relaciones sexuales sin ninguna protección.

La ginecóloga Guillermina Mejía Soto señaló que, efectivamente, la pastilla del día siguiente puede causar vómito, dolor de cabeza y molestias en las mamas. Esta píldora inclusive puede causar trastornos menstruales, entre otros síntomas que podrían confundirse con la gestación; eso no significa que este método anticonceptivo de emergencia provoque embarazos múltiples.

Soto también indicó que es falsa la creencia que afirma que tomar ocho pastillas anticonceptivas de uso diario equivale a tomar una píldora del día siguiente; la razón es simple: esos comprimidos contienen la dosis perfecta de levonorgestrel (1,5 mg.) para prevenir un embarazo. Sin embargo, también remarcó que es más recomendable el empleo del medicamento de uso constante, pues éste tiene menos efectos secundarios que su contraparte de una sola dosis.

Por otro lado, el método de uso diario es aún más efectivo que la del día siguiente. Quienes deciden tomar las pastillas de uso regular tienen un 97 % de probabilidades de evitar un embarazo, mientras que de 100 mujeres que optan por este último, entre 1 y 14 terminan embarazadas.

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