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SAÚL CARDOZO/ BOLINFO/ TARIJA
(elPeriodico- Agosto 06/2018) El hombre dice que se arrepiente de todo y llora casi todo los días porque ahora se da cuenta del mal que hizo; mal que afectó a toda su familia, así comienza relatando su trágica historia, Juan José, el “Chaqueño” un hombre de 56 años de edad, quien confesó haber matado a su concubina por celos.
En ese entonces, la Fiscalía pidió 20 años de prisión y la defensa 15; sin embargo, el Tribunal de Sentencia dictó 25 años de cárcel en el penal de Morros Blancos por haber infligido dolor a la afectada, puesto que la asesinó a golpes con un palo de escoba. El hecho sucedió el año 2004 en su casa del barrio Palmarcito.
“Mi historia es de las peores, por eso creo que tengo alguna maldición, fue una verdadera tragedia y creo que la inicié yo”, dijo Juan José, quien agacha la cabeza.
Sentado ahí en la placita del penal de Morros Blancos, José recuerda que alguna vez pensó matarse, pero hay gente que todavía lo anima a salir adelante.
Relató que a finales del año 2003, algunos malos amigos le dijeron que su concubina andaba con otro hombre, ante ello se volvió “loco”, no quería saber nada más y nadie le sacaba de la cabeza lo que le estaba haciendo su mujer.
“Primero comencé a tomar todos los días hasta que no aguante más, llegué a mi casa, vi a mi mujer haciendo dormir a mi hijo que ese entonces tenía cuatro años de edad, la esperé y me dio tanta rabia que fui directamente a pegarle, ella se defendió; yo alcancé a agarrar un palo de escoba y le pegué con eso, le di el primer golpe y la dejé casi muerta, sangraba en el piso y continúe pegándole sin poder detenerme.
Cuando al fin paré, la vi a ella inconsciente, no se movía y de repente llamé a mis familiares que vivían al lado y ellos llamaron la ambulancia, pero mi mujer ya estaba muerta”, cuenta José con una voz solloza.
Cuando llegó la Policía, lo aprehendió y unos meses más tarde ya estaba recluido en la cárcel de Morros Blancos porque el juez le dio 25 años de condena, hecho que todos indicaban que era justo, incluso él.

Hijo pierde la vida
Comentó que con esa condena pensó que había terminado todo; pero, la tragedia recién había comenzado, puesto que luego de dos meses de estar en la cárcel, llegó una de sus tres hermanas a visitarle, quien le llevó la primera mala noticia, “me dijo que mi hijo había fallecido, que salió corriendo de la casa donde vivía con mi mamá y un micro le atropello, pensé que era mi culpa y sí fue. Lloré todo un año, no podía soportarlo, quise matarme, lo intenté, pero me salvaron, llegué al hospital y ahí me salvaron, yo les dije que era que me dejen morir”, añadió.

Fallece su madre
Asimismo, hizo conocer que ahí tampoco terminó su historia fatal, porque después de un año en prisión le llegó otra mala noticia, su mamá tenía cáncer.
“Al poco tiempo mi mamá, quien desde que entré a la cárcel nunca vino a visitarme, había muerto, pedí al director del penal poder salir a despedirme, pero no me lo permitieron, tuve que llorar a mi mamá desde la cárcel, fue algo que me volvió a doler, porque mi mamá sufría mucho por mi culpa”, mencionó.

Otra tragedia
Su tragedia no termino con la muerte de su madre, puesto que la hermana que iba a visitarlo todos los domingos y algunas veces en la semana, sufrió un accidentó en un ómnibus en la carretera al Chaco y donde perdió la vida.
“Creía que era lo peor que podía pasar a una persona en la tierra, ya entonces pasaba cursillos con catequistas en la iglesia de la cárcel, me ayudaban, yo ayudaba a otras personas; sin embargo, la noticia de mi hermana me derrumbó y creo que hasta ahora ya no quiero saber nada de salir de la cárcel, ya cumplí 15 años en prisión, tengo 56 años de edad, pero creo que afuera ya no hay vida para mí, perdí todo lo que amaba, y espero que la maldición que estoy viviendo nadie más la sufra”, sostuvo.

Arrepentimiento
Tras varios años de estar encerrado, José aún continúa pidiendo perdón a la familia de su mujer.
“Nunca voy a poder perdonarme, quiero pedir perdón a la familia de mi mujer por el daño que les he causado, estoy arrepentido, pero creo que no basta, sufrí, sufro y voy a seguir sufriendo”, indica José.

EL APUNTE
El trabajo le mantiene distraído
El Chaqueño, como le dicen sus amigos dentro del penal de Morros Blancos, se encuentra en plena recuperación, ahora se dedica a la profesión que su padre le inculcó desde niño, la carpintería, hace toda clase de trabajos con madera.
“Mis productos salen a la venta, algunos se venden bien y otros nada; pero, continúo trabajando para ocupar mi tiempo en algo y no pensar en las cosas que me pasan, espero que todo acabe y espero con paciencia, yo sé que hay otra vida donde hare las cosas correctas”, dijo.
En el penal de Morros Blancos hay varias ocupaciones donde los internos pueden demostrar sus habilidades y así poder aprehender más.