Cultura Colectiva
Desde contar del uno al diez hasta tomar píldoras con una importante carga de antihistamínicos, son algunos métodos para conciliar el sueño. Puede que culpar a la sociedad por todo lo que nos acongoja suene más a un cliché que a una realidad; no obstante, debemos aceptar que la presión que la mayoría vivimos a diario nos quita el sueño.
Si bien los tratamientos a base de pastillas han demostrado ser realmente efectivos, también es cierto que al consumirlos pueden causarnos más problemas de los que están destinados a solucionar. Por ejemplo, al ser prácticamente una droga, dejar de consumirlos provoca episodios de ansiedad debido al síndrome de abstinencia e incluso llegan a intensificar la falta de sueño al dejar de usarlos. Además de eso, debemos sumar los problemas renales que vienen después de tomar cualquier producto químico.
Ante la muchas contradicciones que representan todos estos productos, algunos científicos alrededor del mundo han duplicado sus esfuerzos para encontrar un método no invasivo que nos permita conciliar el sueño sin más efectos que un descanso exitoso. El doctor Andrew Weil, director del Centro de Arizona para la Medicina Integrativa de la Universidad de Arizona, parece haber encontrado la solución a esta incógnita.
Tras percatarse de que la mayoría de las técnicas de relajación —sobre todo las orientales— se centran en la respiración como medio para llegar a un estado de paz interna, Weil comenzó a desarrollar un método que, retomando los principios de estos procedimientos, es capaz de ayudar a los pacientes con problemas de insomnio a superar dicho trastorno.
La técnica conocida como “4-7-8” está ganando popularidad porque no es necesario tener conocimientos avanzados en disciplinas como el yoga, ni siquiera se requiere una posición especial para realizarla con éxito. El nombre se debe a que los ejercicios de respiración se efectúan en intervalos de cuatro, siete y ocho segundos simultáneamente.