Cultura Colectiva
Hoy los alimentos generan una de las paranoias más grandes que se hayan visto en la historia de la humanidad.
Cualquier tema relacionado a ellos provoca discusiones, misterios, miedos, dudas y controversias entre los seguidores y detractores de una tendencia alimenticia y otra defendiendo sus beneficios y consecuencias negativas. Los veganos defienden a ultranza los derechos de los animales y abogan que comer carne no sólo es perjudicial para la salud sino que afecta el espíritu y la conciencia del ser humano al estar cometiendo lo que consideran un sacrificio, un asesinato, un delito contra la vida que merece ser castigado. Los hay que se han convertido al vegetarianismo por verdaderas convicciones y los que han elegido esta dieta siguiendo los vaivenes de la moda, porque hay que decirlo: se antoja una tendencia que nació siendo una filosofía y hoy se puede ver como un negocio creciente practicado por algunos.
Por otro lado, los amantes de la carne afirman con orgullo que no hay nada más delicioso que un buena costilla o unos tacos al pastor. Cuando se les mencionan los perjuicios (porque evidentemente los hay) de dicha dieta cuando se hace en exceso, los carnívoros sonríen y con actitud un tanto desenfadada sueltan un bravucón “de algo me he de morir”, dedicando gestos de incomprensión y hasta de desdén hacia los que han dejado de lado la carne animal para gozar de los beneficios de una dieta libre de ella.
Lo anterior ha generado más dudas que certezas; la sociedad comienza a preguntarse quién tiene razón al respecto y si detrás de ello no existen más que dos grandes industrias que abogan por sus intereses económicos, sobre todo, dejando de lado la salud de sus consumidores. Sabedor de ello, el actor y productor de cine Joaquin Phoenix no ha querido quedarse rezagado en la carrera hacia responder estas preguntas y ha lanzado su visión de los hechos en el documental What the health, en el que se cuestionan los “beneficios” de consumir carne y se denuncia una gran conspiración entre los laboratorios farmacéuticos y la industria cárnica. ¿Cómo es esta conspiración? Muy sencilla: entre más carne se consuma, más enfermedades supuestamente habrá en la Tierra (desde diabetes hasta cáncer). Una industria está en beneficio de la otra para que cada una sume cuantiosas ganancias.
Los expertos entrevistados en este material mencionan que el gran inconveniente de consumir carne es que se trata de una bomba de tiempo para detonar la aparición de cáncer. La misma Organización Mundial de la Salud menciona que las carnes procesadas (salchichas o jamón) se encuentran en el grupo 1 de elementos y alimentos cancerígenos, junto al tabaco. Asimismo refieren que el consumo de huevo (uno de los alimentos principales en México) equivale a fumar 5 cigarros diarios. Como todos los datos y estadísticas, éstas encuentran su contraparte en otros estudios u opiniones de expertos. En 2015, diversas guías nutricionales de los Estados Unidos negaron la creencia de que el huevo fuera perjudicial para la salud si se consumía diario. Incluso lo incluyen como parte importante de la ingesta diaria de colesterol, el cual no tiene el daño que muchos han querido imputarle, siempre y cuando no sea excesivo.
Resulta paradójico que por otro lado, el huevo esté considerado por especialistas en nutrición como uno de los súper alimentos más nutritivos del planeta. Dentro de sus beneficios se encuentra un gran aporte de vitamina D, vitamina E, vitamina K, vitamina B6, calcio y zinc, todos ellos tan necesarios para un organismo fuerte y saludable. Los huevos orgánicos (supuestamente mucho más saludables al estar libres de hormonas y todo tipo de químicos) contiene altas dosis de Omega-3 y contienen más vitaminas A, E, colina y otros nutrientes. Con estos datos puestos sobre la mesa, ¿a quién hay qué creer y qué intereses se esconden detrás de opiniones tan opuestas? ¿Es cierto que las industrias de la medicina y la comida están de acuerdo en mantener enferma a la población con tal de construir imperios multimillonarios a costa de la vida de tantas y tantas personas?
En resumen, según los estudios presentados por este documental, las proteínas, la carne roja (res, ternera, cerdo, cordero, caballo, cabra) y, sobre todo, los embutidos y enlatados son las principales culpables de las elevadas tasas de cáncer y diabetes que se registran en el mundo. La Organización Mundial de la Salud en conjunto con el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC), afirma en su portal que «los métodos de cocción a alta temperatura generan compuestos que pueden contribuir al riesgo cancerígeno, pero su papel no está todavía plenamente entendido»
Es necesario reforzar la idea de que los alimentos son buenos y malos en la medida en la que se consuman. Diversos especialistas en alimentación sostienen que la carne es necesaria para la salud humana, ya que ayuda a que se pongan en marcha varios procesos bioquímicos en el cuerpo. Consumirla no tiene nada de malo; cuando se hace en exceso y sin combinarla con otros alimentos que también deben ser parte de una dieta balanceada, además de un estilo de vida basado en el ejercicio constante, los problemas para el organismo sobrevienen, poniéndolo en peligro. Alarmarse ante pruebas que ni siquiera son concluyentes no vale la pena. Elige una dieta equilibrada donde todos los alimentos sean incluidos y de esa manera no tendrás motivos para preocuparte. Además toma en cuenta que muchas de las enfermedades ni siquiera son por lo que comes o bebes sino por cuestiones de índole psicológica y genética.
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En la actualidad, cuesta más hablar sobre hábitos alimenticios con alguien que se preocupe de ellos que de política, música o literatura, pues las filosofías se contraponen: mientras los carnívoros alegan que ser vegano es muy caro, éstos defienden su postura hablando con pasión sobre las causas que los llevaron a tomar la decisión de alimentarse sin carne de ningún tipo y compartiendo algunas de sus recetas favoritas. La mejor postura es la que te dé mayores beneficios, siempre estando de acuerdo con ello.