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Cultura Colectiva

Imagínate que esto te hubiera pasado a ti. Vas caminando por ahí, en este tardío calor veraniego, se te antoja un helado, una paleta, un Mordisko o cualquier otra cosa rica y refrescante y te encuentras tan convenientemente con un OXXO que parece que el universo te está diciendo que te olvides de todo lo demás y pases por uno. Al entrar, el suave zumbido del congelador de Holanda te llama como canto de sirena a que deslices sus puertas y tomes, casi sin pensarlo, alguna delicia que enfríe tus manos, refresque tu interior y apapache tu corazón.

Te saboreas esta delicia mientras ves cómo mandan a todos delante de ti a la otra caja sin razón aparente, llegas y… ¡Tu helado ya estaba pagado! Tal vez incluso antes de que la primera gota de sudor te incitara a dejar todo de lado para buscar una delicia congelada, algún extraño pensó en ti y decidió darte un abrazo en forma de helado. Parece que no hay nada en el mundo que podría mejorar esta experiencia, pero sí es posible porque con esta iniciativa de Holanda y Oxxo además de disfrutar de la felicidad única e irrepetible de obtener un helado gratis, tienes la oportunidad de dejar uno, dos o los que quieras para alguien más, generando una Cadena de sonrisas.

La belleza de ayudar a otros

Puede sonar contradictorio, pero hacer algo por los demás, por pequeño que sea, es lo mejor que podemos hacer para nuestros corazones e incluso nuestra salud. Ayudar nos causa una sensación de euforia ya que se liberan cantidades considerables de dopamina, hacer una acción altruista, como dar un donativo, sin importar la cantidad, activa la porción de nuestro cerebro que se encarga de hacernos sentir satisfacción propia. Por eso es que nos sentimos tan bien cuando hacemos algo por los demás.

Ayudar inspira

Y nunca termina con nosotros, se ha comprobado que presenciar un acto pequeño de amabilidad nos impulsa a hacer otro. En cambio, los grandes actos públicos de bondad nos hacen sentir intimidados o pensar que ya todo el trabajo está hecho y que no es necesario que nos involucremos. Así que no tienes que sentirte desmoralizado por no poder donar grandes cantidades de dinero o por no llevar una vida abnegada en ayuda del prójimo, con una acción pequeña, como regalarle un helado a un extraño, puedes iniciar una ola de amabilidad que cambiará al mundo.

Pequeñas iniciativas, grandes resultados

Tal fue el caso de Caitlin Boyle que transformó la negatividad que verse al espejo en un baño público le produjo en un proyecto ahora conocido como Operation Beautiful. En lugar de seguirse mirando y preocupándose por todo lo que creía que estaba mal en su aspecto, Caitlin prefirió escribir en un papel “Eres hermosa” y dejarlo ahí para quien viniera después. Siguió con esta costumbre dejando mensajes positivos en todo lugar público en el que se encontrara y pronto, toda la gente que se había sentido animada con ellos empezó a compartir en redes sociales y a hacer lo mismo. Gente de todo el mundo, inspirada por las publicaciones, siguió el ejemplo y ahora en todas partes, en todos idiomas, se pueden encontrar mensajes así.

O la pizzería en Filadelfia en la que una mujer pagó una rebanada de pizza y a cambio dejó un post-it para que quién tuviera hambre pudiera intercambiarlo y logró que tanta gente siguiera su ejemplo que ahora tienen una pared tapizada de post-its para alimentar a quienes más lo necesitan. O el Café Alondra en Cuernavaca en donde puedes dejar pagado el desayuno para las personas sin hogar que con frecuencia pasan por el lugar.

Y ni siquiera tiene que limitarse solamente a humanos. Cuando Forrest, un perro fanático de las pelotas de la familia Hembree murió, ellos pusieron una canasta con decenas de estas pelotas en su playa favorita con el letrero “Forrest amaba jugar en esta playa. Por favor siéntete en libertad de tomar prestada una pelota para jugar con tu perro. Por favor devuélvela al terminar para que otros puedan jugar también.” Este detalle conmemorativo sigue en la playa y muchas otras personas que extrañan a sus mascotas han decidido honrarlas de maneras similares.

Cadena de Sonrisas

Pero no es necesario irse tan lejos, con solamente una sonrisa o una pequeña acción podemos cambiar el día de los demás. En ciudades como Nueva York y Londres, la gente deja dinero en las máquinas expendedoras para que el siguiente pueda obtener un bocadillo gratis o depositan el cambio que no usarán en los parquímetros. En Estados Unidos es bastante popular en las ventanillas drive through de comida rápida pagar la orden del coche de atrás, así se han logrado cadenas de hasta 67 coches. Puedes ofrecerle la sombra de tu paraguas a alguien que vaya en tu misma dirección, darle un cumplido a un extraño, cederle tu lugar a alguien que se vea más cansado que tú o si no quieres salir de tu casa, dejar un comentario amable en algún video recóndito de YouTube.

Es imposible saber qué está pasando en la vida de los extraños con los que cruzamos diario por las calles, pero es casi seguro que tengan tantos problemas y preocupaciones como nosotros así que, ¿para qué empujarnos en el transporte público o darnos codazos? En lugar de continuar con la negatividad, transformemos poco a poco al mundo generando cadenas de sonrisas. Te sorprenderían las grandes reacciones que puede generar el simple hecho de regalar un pequeño helado.