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Cultura Colectiva

«No hay nada peor que la tesis» es un cliché que debe dejar de reproducirse. Terminar la tesis es muy sencillo siguiendo estos consejos básicos…

La vida sería más sencilla si tan sólo se pudiera decir en voz alta todo lo que se pasa por la cabeza —cada idea brillante— y una maravillosa pluma mágica, estilo Harry Potter, se encargara de escribirlo. Es el sueño de todo estudiante o escritor, porque las cosas en la mente se ven fabulosas, pero a la hora de escribir nada tiene sentido.

Sin embargo, aunque sea imposible conseguir una pluma mágica, existen una serie de trucos que más bien son pasos sencillos, que facilitarán la vida de cualquier tesista, así, cuando te hagan la molesta pregunta: «¿y cómo va la tesis?», puedas responder, «bien, gracias»… ¡y que sea verdad!

1.Delimitar el tema

A veces sucede que frente al director de tesis el tema está bien asegurado y bien delimitado, pero al llegar a casa se cruzaron un millón de caminos e interpretaciones posibles en la mente. Si hay una gran pasión sobre el tema, será mucho más difícil tener esto en claro, por eso es el primer paso y uno de los más importantes, ya que si éste no se tiene bien fijado, será imposible avanzar.

2. Investigación

Ya que se superó la difícil prueba de escoger el tema y sus límites, lo siguiente es la investigación: quizás uno de los pasos más exhaustivos para todo tesista, y también de los más costosos, pues hay que comprar libros, sacar copias, moverse a bibliotecas, hemerotecas y demás. Algo que puede ayudar es tomarse dos días de investigación en línea para ubicar el paradero de toda la información necesaria, así la pesadilla de viajar hasta el otro lado de la ciudad para descubrir que el libro buscado está ocupado, se perdió o no está en préstamo, no sucederá en la vida real.

3. Organizar la información

Una vez vaciado los bolsillos en copias, visitas a librerías, encargos especiales porque el libro está agotado, viajes a las bibliotecas más recónditas del mundo y todo el viacrucis del tesista, toca organizar lo obtenido: una parte para la teoría, otra para la historia, otra para el desarrollo, otra para que se den cuenta de que se estudió de más, etcétera. Un consejo de oro es hacer fichas de información, puede resultar un poco anticuado y tedioso, pero a la hora de redactar será muy sencillo ubicar los datos y la información, ya que al recopilar los datos de esta manera física, el cerebro la ubica de igual forma.

4. Llegar a la meta

Es momento de fijarse una fecha límite, y a la hora de hacerlo es importante ser realista, por mucho que se proponga marcar un nuevo récord mundial en la historia, hay que tener en cuenta todo lo que puede ocurrir en el camino de un tesista: el director se fue de sabático, un libro se perdió en el embarque que lo traía desde Europa, hospitalización por estrés, etcétera, etcétera… Cuando llegue el momento de marcar la meta, investigar a fondo todas las variables que podrían retrasar el objetivo es vital… 100 % real, no fake!

5. Calendarizar: metas a corto plazo

La meta principal ya está trazada y mentalizada, el subconsciente ya se encarga de recordarlo a cada segundo del día con su correspondiente cantidad de estrés, lo que sigue es marcar metas más cortas, es decir, si la «Gran Fecha» ya está marcada en el calendario, hay que marcar también las metas para los avances; es decir, para la introducción, tal; para el marco teórico – histórico, tal; para el primer capítulo, tal; para esto es necesario trabajar coso a codo con el director de tesos, pues, desafortunadamente, el avance está sujeto a su tiempo.

6. Organizar cada día hasta la fecha de entrega

Bueno, tampoco tan radical… ¿o sí? Quizá deba considerarse qué tanto se quiere sufrir en el proceso, y si la respuesta es lo menos que se pueda, entonces este es el mejor consejo. Planificar el día ayuda a que el trabajo resulte más sencillo, puede ser que primero haya que leer y después redactar, puede que toque cita con el director de tesis y hay que ajustar las horas de estudio, puede que haya una cita «no de estudio» y hay que recorrer todos los horarios. Una agenda será la mejor amiga para organizar todo, ya que hay quienes ya trabajan en una oficina con ciertos horarios, o quienes aún están cursando algunas materias, y sin organización ahogarse en el estrés es muy probable.

7. Un ambiente bonito para escribir bonito

No, no es algo superficial ni una banalidad; la tesis es un proceso que requiere de mucho esfuerzo y concentración, y hacer todo esto en medio de un caos de desorden y suciedad lo complica todo y eleva los niveles de estrés, algo totalmente innecesario, por eso es crucial que el lugar que se elija para estudiar dé armonía y comodidad, ya que la mayor parte del día se vivirá ahí, irremediablemente.

8. ¡El café no lo es todo!

Se puede pensar que sí, pero no; el cerebro necesita más que café y cigarrillos para poder funcionar y hacer realidad todo lo que se tiene en mente; es muy fácil olvidarse de comer y hasta de tomar agua, pero esto pronto llevará al agotamiento y a que el director de tesis regrese una y otra vez la tesis, pues no habrá nada coherente ahí. Algunos bocadillos en la mochila o cerca del escritorio junto con una botella de agua salvarán vidas.

9. Lectura de ocio

Con tanta información del tema llegará un momento en el que no se distinga una cosa de la otra, sin mencionar que llegarán a la cabeza pensamientos del tipo: ¿por qué escogí este tema?, ¿en qué estaba pensando?, ya lo leí 50 veces y no veo la diferencia, y un largo y lamentable etcétera; para evitar esto es necesario recurrir a la lectura de ocio, lo que significa reclamar el derecho a leer una revista de moda (perfecta para vaciar la mente), un manga recomendación del amigo experto en temas orientales, la novela romántica de la que todos hablan, o cualquier cosa que se cruce en el camino. Así, la relación tesis – tesista se mantendrá estable y armoniosa.

10. No hay que olvidarse de vivir

Para no enloquecer, no hay que olvidar que, además de la tesis, hay una vida que debe ser vivida; salir a caminar, escuchar música, ir de fiesta, una sesión de sexo intenso para el estrés; cualquier cosa que signifique la salvación es útil para no morir en el intento. Sí, el tiempo es oro, pero también la vida, no sería bueno perderse de experiencias increíbles por estar encerrados (as) estudiando sin parar, hay que hacer un espacio para disfrutar, a menos que, de verdad, se quiera llegar al punto de quiebre en el que se vaya todo al diablo porque no hubo tiempo para la diversión.