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Poco antes de arrancar el Mundial de Rusia 2018 anotando 4 goles en sus dos primeros partidos, Romelu Lukaku, el ‘9’ del Manchester United narró al portal Players Tribune el dilema de sentirse extranjero en su propio país. “Cuando las cosas iban bien, los diarios me llamaban ‘el delantero belga’. Cuando iban mal: ‘el delantero belga de ascendencia congoleña’”.

Lukaku, nacido en Amberes, comparte los mismos orígenes que Kompany, Boyata, Tielemans y Batshuayi, pero la multiculturalidad de los Diablos Rojos no termina con ellos. Fellaini (Marruecos), Carrasco (España), Witsel (Martinica) o Moussa Dembélé (Mali) también son hijos o nietos de migrantes. “Crecí en Amberes, Lieja y Bruselas. Empiezo una frase en francés, la termino en flamenco y en medio meto algo de español, portugués o lingala. Soy belga. Todos somos belgas”, escribió Lukaku quien con 25 años ya es el mayor goleador en la historia de la selección belga.

En total, 82 futbolistas que participan en Rusia 2018 no nacieron en el país por el que juegan. De hecho, 22 de las 32 selecciones tienen al menos un jugador nacido fuera de sus fronteras. La mayoría emigró de niño al país adoptivo, como el caso de Gotoku Sakai, el único jugador nacido en EE.UU. que se mudó a los 2 años de Nueva York a Japón, la tierra de su padre. Pero sin duda el caso más llamativo fue el de Marruecos, ya que 17 de sus 23 seleccionados llegaron de otra nación de origen.

Al igual que Perú, Marruecos regresó a una Copa del Mundo tras una larga espera, jugó bonito y se fue en primera ronda. Ese último equipo mundialista de Francia 98 tenía apenas dos jugadores nacidos fuera del país. Tras una serie de fracasos, Marruecos imitó la estrategia de la vecina Argelia que para el Mundial del 2014 reclutó a jóvenes nacidos en Francia pero con raíces argelinas como Feghouli o Brahimi y con ellos avanzaron por primera vez a octavos de final, donde cayeron en tiempo suplementario con la campeona Alemania.

La federación de fútbol inició la búsqueda de hijos de marroquíes formados en clubes de España, Bélgica, Francia y Holanda. Y así captaron a jugadores como Hakim Ziyech, el armador del Ajax, que nació en Dronten (Holanda) o Sofyan Amrabat, quien junto a su hermano Nordin también vistieron la camiseta holandesa en selecciones juveniles, pero optaron por Marruecos por pedido de sus padres.

“Gracias a los intercambios de la globalización, el país africano le sacó la vuelta al colonialismo europeo que tanto le afectó durante el siglo XX. Todos aquellos países que expoliaron parte de las riquezas del país africano se han visto afectados por el reclutamiento de jugadores. Esta vez las joyas europeas fueron las que terminaron siendo aprovechadas por el otrora colonizado”, señala el periodista Bruno Rivas en su libro “Guía política del Mundial de Fútbol Rusia 2018”.