Noticias El Periódico Tarija


Las redes sociales dan para todo, han abierto un horizonte infinito donde cualquier cosa puede suceder, no hay límites ni tampoco quien los ponga. Si bien generan un sismo permanente de interactividad, los contenidos que se ventilan en ellas no tienen freno ni regulación. Se usan para hacer campañas de solidaridad o para dañar el prestigio de alguien, sirven para estar en contacto con personas amigas o parientes que viven al otro lado del mundo o para desenmascarar a truhanes y estafadores. A través de las redes podemos publicitar nuestro negocio o solo comentar sobre nuestra vida privada. Como casi todo, depende de cómo las usemos para que su impacto sea bueno o malo, positivo o negativo.

Es muy común ver anuncios de toda clase en Facebook y notar como hay personas que se atreven a más, desde ofrecer servicios sexuales hasta armas y drogas. No estamos hablando de que eso sucede en otras ciudades o países, decimos que en Tarija se presenta esta realidad, cuentas tarijeñas que hacen sugestivas ofertas y que tienen eco en la población. Seguro que es una tarea productiva que permite llegar a mucha gente con poco esfuerzo, lo que nos preocupa es que salen a la luz avisos que rayan lo ilegal, ofrecer marihuana o cocaína está reñido con la ley, no se pude hacer porque sencillamente está prohibido en nuestra legislación. Igualmente se encuentran ofertas para damas de compañía con jugosos ingresos, un peligroso anzuelo que puede ser la punta del ovillo de casos de trata y tráfico de personas. Pero lo que asusta es la soltura de cuerpo con que se hacen las ofertas, abiertamente, con seguridad el perfil que figura es falso pero permite entrar en contacto con los delincuentes que proceden de esta manera. También vemos publicaciones ofreciendo en venta armas de fuego, lo que también es ilegal. No vemos que la policía actúe ante estos hechos, no sabemos de ninguna investigación y menos de operativos para desbaratar lo que podrían ser redes criminales que operan en nuestra ciudad. Mientras nada suceda, las redes sociales seguirán siendo tierra de nadie y lo que es peor, tierra sin ley.