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– La Furia está virtualmente clasificada y juega ante un rival eliminado, pero que quiere despedirse sorprendiendo

AGENCIAS
España puede pasar a octavos de final incluso perdiendo, le sobra con un empate pero se toma el partido frente a Marruecos como si de una final se tratase, buscando una victoria que relance su autoconfianza y proclame en Rusia que no es menos que Bélgica o Inglaterra y sí más que Alemania o Argentina. Por lo menos de cara a la opinión pública.
Conociendo ya el orden entre Rusia y Uruguay en el grupo A, del que debería salir su teórico rival en el primer cruce a cara o cruz, el vestuario español solo contempla sumar los tres puntos frente a una rival ya eliminada pero ansiosa de despedirse del torneo con la buena imagen que ya mostró frente a Portugal y ante lo que avisó personalmente Fernando Hierro a sus jugadores, haciendo especial hincapié en la necesidad de ofrecer la mejor personalidad posible…
Y, también, evitar una sorpresa que condujera al desastre. Porque no puede olvidarse que encajar la que sería primera derrota en el Mundial podría, combinada con un triunfo iraní sobre Portugal, mandar a la Roja a casa. Siendo esa opción bastante improbable no es para nada imposible, razón por la que el seleccionador mantiene en guardia a los suyos desde el mismo momento en que se cerró la segunda jornada.
MEJORÍA, LÓGICA Y… ¿CAMBIOS?
Necesita además España dar un paso al frente, recuperar las sensaciones futbolísticas que enseñó durante muchos minutos en su presentación contra Portugal y huir del agobio que se le apreció frente a Irán, cuando el 1-0 logrado por Diego Costa fue seguido de cierto desbarajuste ante el atrevimiento que, de pronto, mostraron los persas y que llegó a descentrar al equipo hispano.
Claro que también hay que dar consistencia a la historia que invita al optimismo: las últimas cuatro veces que se presentó a una última jornada de grupos mundialista dependiendo de sí misma España la superó. Ocurrió en 1986, cuando venció por 3-0 a Argelia en Monterrey, en 1990 imponiéndose a Bélgica por 2-1, en 1994 ganando a Bolivia por 3-1 y en 2010 superando por 2-1 a Chile.
Ante el partido, también contemplado desde un punto de vista de frescura y necesidad de aliviar cansancio, Hierro podría retocar el once titular con mayor energía de lo que hizo ante Irán, donde Carvajal y Lucas Vázquez entraron por Nacho y Koke. Existe la opción de que el seleccionador solvente dar descanso a Iniesta y también Silva, ganando opciones para entrar en el equipo titular un Thiago a quien el cambio de entrenador ha hecho perder presencia y, con él, Saúl o Marco Asensio.