Noticias El Periódico Tarija

El Comercio

Assamaka. Argelia ha abandonado a su suerte a más de 13.000 migrantes en el desierto del Sahara en los últimos 14 meses, entre ellos una mujer embarazada y niños, tras expulsarlos sin agua ni comida y obligarlos a caminar bajo un sol ardiente, a veces amedrentándolos con armas de fuego. Algunos no sobreviven.

Es posible divisar a los cientos de migrantes expulsados en el horizonte, donde parecen manchas a la distancia, bajo temperaturas elevadas de hasta 48 grados Centígrados (118 F).

En Níger, hacia donde van la mayoría, los afortunados cruzan 15 kilómetros por un territorio desolado y llegan rengueando hasta la aldea fronteriza de Assamaka. Otros vagan sin rumbo durante días hasta que un equipo de rescate de Naciones Unidas pueda encontrarlos. Un número desconocido perece. De casi 25 sobrevivientes entrevistados por The Associated Press, casi todos relataron que personas de sus grupos simplemente desaparecieron en el Sahara.

“Había cadáveres de mujeres, hombres… Otras personas se extravían en el desierto porque no conocen el camino”, dijo Janet Kamara, que estaba embarazada en ese momento. “Todos iban a su suerte”.