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Cultura Colectiva

Primer acto

La protagonista mira a su alrededor y nota que el vacío no sólo hace eco en su habitación sin muebles, también dentro y alrededor de su corazón solitario. Se pregunta cuándo fue la última vez que sintió calor, pasión o felicidad. Frunce el ceño, aprieta los puños y se levanta de golpe a buscar una bolsa negra para tirar todo lo que le recuerda a su última decepción. Se mete a bañar y mientras se enjuaga el cabello decide a dónde ir para pedir un trago de ginebra con agua tónica.

Segundo acto

Un par de tacones que pisan con firmeza, un delineado sólido sobre ambos párpados y un clutch de lentejuelas entran al bar. Ella se sienta en medio de la barra, ordena al bartender y estudia a los candidatos de la noche. No pasan ni 25 minutos cuando uno de ellos se acerca para entablar una «conversación» que saben los llevará a la cama de alguno de los dos. Piden la cuenta, salen tomados de la mano y suben a un taxi; antes de pisar el departamento de la protagonista ambos comienzan a desnudarse en las escaleras y al entrar el se arroja sobre ella.

Tercer Acto

Sin planearlo amanecen abrazados y al mirarse directamente a los ojos, por primera vez en toda la velada, se dan cuenta de que tal vez puedan ser algo más que un encuentro casual. Intercambian teléfonos y así comienzan a salir durante mes y medio; justo cuando ella se siente segura –como nunca en mucho tiempo– él desaparece como si una grieta sobre la Tierra hubiera absorbido su cuerpo y todo lo que tuviera que ver con él.

La obra termina, el telón se cierra y la pregunta que aparece en la mente de todos los espectadores es ¿por qué le dejó de hablar? Las razones podrían abarcar una lista de 100 puntos, pero entonces estaríamos justificando una desaparición en lugar de encontrarle una explicación al comportamiento de este chico.

Los argumentos reales por los que alguien te deja de buscar y hablar son pocos pero claros, por lo que para comprenderlos primero hay que aceptarlos; no siempre se trata de ti, los motivos por los que alguien se aleja de ti pueden no estar relacionados contigo en absoluto.

15. Por alguna razón odia o teme comprometerse con alguien.

14. No está en un buen momento o etapa como para compartir su vida con alguien.

13. Su expareja aún continúa presente en su panorama.

12. Acaba de terminar una relación destructiva o desgastante y necesita tiempo para recuperarse.

11. Simplemente quería salir contigo para divertirse durante un corto periodo.

10. Aunque no parecía, sale con otra persona aparte de ti.

9. Le recuerdas a alguien que ha intentado olvidar desde hace tiempo.

8. Su interés en ti es únicamente sexual.

7. Su familia lo presiona para casarse y formar una familia, por lo que evita cualquier tipo de relación.

6. Alguien le rompió el corazón y ahora se niega a volverse a enamorar.

5. Jamás ha tenido una relación, por lo que no sabe cómo comportarse contigo.

4. No está dispuesto a dejar su estilo de vida de soltero.

3. Sabe que no es suficiente para ti y no se siente capaz de llenar tus expectativas.

2. No se siente agusto porque eres muy controladora, intensa o aprensiva.

1. Al principio creyó que eras la indicada, pero se dio cuenta de que no es así.

Puede parecerte triste, injusto o cruel, pero más vale una verdad que duela a 10 mentiras que maten. Aprecia la experiencia y sin importar cuánto haya durado aprende de ella; no olvides que antes de conocer a esa persona tenías una vida y eras feliz. Deja que el tiempo pase, que tu energía fluya y espera a que el destino te vuelva a sorprender con él o con cualquier otro prospecto. Si te dejó de buscar y hablar fue porque quiso hacerlo, no hay más.