Noticias El Periódico Tarija

Tarija ha dejado de ser la ciudad tranquila y segura en la que crecimos, muy a pesar nuestro hoy en día se deben tomar los cuidados más estrictos para no pasar por malos o muy malos momentos. Ya no es posible caminar por ciertas zonas en la noche, hasta el centro de la ciudad tiene sus riesgos. Pero parecería que solo nos referimos a lo que puede pasar bajo la penumbra, que sirve de parapeto a los mal vivientes, el peligro no sólo está esperando en la oscuridad.

A plena luz del día, en medio del tumulto citadino, también estamos expuestos, sucede que los delincuentes se volvieron más avezados y ni la luz del sol los espanta como antes. Están caminando entre nosotros y no sólo caminando, andan en motos, sin placas, sin posibilidad de ser identificadas, esperando el menor descuido para atacar, para arrebatar, para robar. Sus víctimas son preferentemente mujeres, niños, mientras más indefensos mejor, la sorpresa es su arma preferida ya que aprovechan que su víctima esté distraída o demasiado ocupada con algún problema y se acercan raudamente y de un solo zarpazo se llevan carteras, celulares, mochilas, todo lo que pueda ser de valor. Los «motochorros» están a la orden cuando de delinquir se trata, es muy posible que hayan pasado por nuestro lado y ni siquiera sospechamos lo que hicieron o lo que están por hacer.

No podemos decir que la policía no está haciendo esfuerzos, por el contrario, escuchamos de manera reiterada a sus autoridades pedir precaución a la población mientras los patrullajes se intensifican en zonas donde, se sabe, operan estos malhechores con preferencia. No podemos pretender que los uniformados lo hagan todo, por nuestro bien y seguridad, somos nosotros mismos los que debemos cuidarnos y prevenir, no exponiéndonos innecesariamente, entre todos haremos de Tarija una ciudad más segura.