Noticias El Periódico Tarija

De repente la ciudad ha comenzado a llenarse de rompe muelles, están por todo lado y aparecen de la noche a la mañana, incluso ni siquiera se los señaliza al principio y ocasionan problemas. Parecería que sólo el pedido de los vecinos es suficiente argumento para construirlos porque si no fuera eso, al hacer o asfaltar la calle también se los hubiera hecho. De repente varias arterias se han ido llenando de los conocidos rompe muelles, esos lomos levantados para supuestamente hacer que los conductores disminuyan la velocidad de sus vehículos, lo extraño es la falta de planificación vial con que se procede a abrir o asfaltar esas calles sin medir si serán muy transitadas o de alta velocidad.

Sin duda que los rompe muelles logran que se vaya mas despacio pero también representan un riesgo porque para quien no está atento o para el que se encuentra distraído puede significar el elemento suficiente que le haga perder el control del motorizado y provocar un accidente. No existe una explicación técnica de por qué la alcaldía instala estos «lomos de burro» en diferentes zonas ni tampoco sobre su cantidad, altura, ancho, etc. En la carretera a San Jerónimo y San Luis se construyeron por lo menos diez rompe muelles, unos elevados, otros más bajos, algunos separados por algunos metros de otros y también aquellos que son una secuencia de tres pequeñas franjas que destartalan el vehículo cuando pasa. En la avenida Integración se colocaron rompe muelles gigantes, de bastante altura pero también muy anchos, dificultando su traspaso, incluso hay uno que está muy cerca del ingreso a esta arteria, en un lugar donde ni siquiera se puede alzar velocidad suficiente como para que represente un riesgo. Y así podemos dar otros crudos ejemplos. Es tiempo de tomar en serio y de manera profesional el diseño de nuestra ciudad y de sus vías de comunicación, no puede ser que pongamos o quitemos lomos de burro porque los vecinos piden o porque alguien se accidenta por la imprudencia de conducir muy rápido, todo tiene una razón de ser y nada se puede improvisar, por querer hacer un bien se pude estar haciendo un mal. Existen profesionales específicos para trabajar en estas áreas, si de verdad queremos una urbe distinta, más moderna y funcional para su habitantes, tenemos que comenzar a cambiar cómo la concebimos y cómo la proyectamos hacia el futuro. Ahora el transporte pide su retiro porque en la práctica no son útiles y generan más inconvenientes vinculados al tráfico vehicular que soluciones, las autoridades deberán escuchar.