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Agencias

Desaliñado, con polera y short viejos, y usando chinelas, el teniente Jorge Maiza anduvo de encubierto durante dos semanas por los principales mercados de la ciudad. Su objetivo era dar con el sujeto que atropelló y mató a un taxista que, en un acto de honestidad, bajó de su vehículo para devolver un mandil con dinero que una pasajera había olvidado y fue arrollado.

Con un trabajo meticuloso Maiza dio con el autor del hecho y hoy, una juez envió a Sergio Caiguara Gómez a Palmasola. Los hijos y la esposa de la víctima estrechaban su mano al policía y entre lágrimas, le agradecían por haber ayudado a que se haga justicia por la muerte de un hombre que trabajaba todas las noches como taxista y que soñaba con hacer estudiar medicina a su hija de 12 años.

Maiza, que nació en La Paz, pero que toda su niñez y juventud la pasó en Potosí, comenta que le da satisfacción ayudar a las personas que requieren de su trabajo.

Señala que aunque siempre quiso ser policía y que por sus buenas notas en la Academia de La Paz estudió cuatro años en Venezuela. Hoy en la formación de la mañana en la dirección de Tránsito, recibió una felicitación especial de parte de todos sus camaradas, vistiendo un impecable uniforme y zapatos de charol, aunque para ganarse ese reconocimiento, lo hizo de chinelas.