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Cultura Colectiva

Un día estás felizmente pavonéandote en tu juventud, disfrutando de poder hacer las cosas más ridículas y tomar las peores decisiones, mientras te ríes y te preparas para repetir la fórmula al día siguiente.

Y luego, como si te hubieran echado una maldición repentina, todo eso se ha ido. Se te hace una locura que alguien quiera salir de fiesta el viernes después de haberse levantado temprano, te miras en el espejo y ves con terror como hay una cana, luego dos y luego ya ni las cuentas porque ¿quién tiene tiempo para eso? Tú no; sobre todo si eres de los que espera acabar de pasarse el hilo dental a tiempo para poder dormir al menos ocho horas y que no te cueste tanto levantarte.

Los dolores ya parecen ser mortales. Antes, podías hacer ejercicio o golpearte con algo sin querer y no pasaba nada. Ahora te levantas y te duele todo el cuerpo, ya no sabes ni cómo acomodarte en la cama. Pero ahora, para esos dolores, tienes Dolo-Neurobion y listo, ya no tienes que preocuparte por nada. Si ya experimentaste alguna de estas señales, te tenemos una noticia, sólo necesitas tener una caja para que su combinación de Diclofenaco y vitaminas del complejo B elimine esos dolores.

Necesitas sentarte más seguido

No, recorrer el centro comercial quince veces hasta encontrar el atuendo perfecto ya no es la opción. De hecho, eliges la primera cosa que encuentras o de plano evitas el centro comercial. Ese plan de llevar a tus primos de Toluca a las pirámides por enésima vez ya no suena nada tentador y, si tienes que hacerlo, te vales de cualquier montículo milenario para sentarte unos cuarenta minutos después de una caminata de diez.

Cada que te agachas te duele algo distinto

Ayer fue la cadera, hoy las rodillas y mañana… ¿quién sabe? Tal vez el abdomen, los tobillos, los hombros o el lóbulo izquierdo por alguna misteriosa razón. Agacharse se vuelve una aventura que hay que planear cuidadosamente, y mejor ni pensar en el tiempo que te va a tomar volverte a levantar, tal vez el mundo no sea tan malo allá abajo. Además, cada vez que te levantas sientes la necesidad de romper la barrera del dolor con Dolo Neurobión.

Y aunque no te agaches tienes dolores

Claro que la vejez no es envidiosa con sus regalos… ¿quieres dolores? Hoy vas a despertar con uno en el dedo gordo de tu mano derecha. O tal vez te sientas bien al despertar, pero al llegar a trabajar tienes un dolor de cabeza espantoso que esos niños de quince años empeoraron con su escándalo en el metro. Por supuesto crees que con tanto dolor y cansancio dormirás excelente, pero cuando finalmente llegas a tu cama, tu mente decide que quiere repasar todos los momentos vergonzosos que viviste, los que temes vivir y los que vivieron tus vecinos…

Si te desvelas, lo recientes toda la semana

Bueno, total, si no duermes bien una noche, al día siguiente la repones ¿No? ¡Claro que no! No dormir una noche, ya sea porque tu cerebro lo decidió o porque tuviste una aventurilla hasta la una de la mañana del sábado, tendrá repercusiones toda la semana.

Una hora de ejercicio implica dolor por días

Antes, durante esas vueltas por el centro comercial te comías un helado y dos bolsas de gomitas y palomitas y tu figura no mostraba las consecuencias. Ahora una torta se te va directo a las caderas sin avisar. Es momento de retomar el hábito de hacer ejercicio, pero veinte minutos de cardio para señoras te deja sudando en el piso y con dolor en músculos que ni sabías que tenías.

Te duelen los pies, no importa cuándo leas esto

Te aprietan tus tenis, sólo ver unos zapatos de tacón de aguja te hace llorar y lo que más añoras del fin de semana es poder usar solamente pantuflas y tener los pies levantados el noventa por ciento del tiempo. Hagas lo que hagas, aunque sacrifiques todo el estilo para comprarte esos zapatos super cómodos, siempre, siempre vas a terminar el día con dolor de pies. Así que tu rutina nocturna ha pasado de una copita, series y a dormir a un masaje en los pies, un Dolo-Neurobion, una serie que ves a medias porque te estás quedando dormido y luego despertar tarde para hacerlo todo al día siguiente.

Un golpe pequeño se siente como el fin del mundo

Arremeter contra el refrigerador cual caballero medieval, hacer un salto olímpico hacia el sofá y fallar, cachetear a tu mejor amigo mientras estaba anestesiado; todas eran actividades para pasar las largas tardes de vacaciones sin preocupaciones y la única evidencia que quedaba era el tiradero de papitas que dejaban. Ahora recargarte con demasiada fuerza en la mesa, tropezarte con una protuberancia en la banqueta o rascarte con demasiadas ganas deja marcas en tu piel y dolor en el cuerpo que dura por días, recordándote cada segundo que tu juventud se fue hace mucho y ha seguido su camino lejos, muy lejos de ti.

Estás leyendo esto, ignorando al mundo que te rodea porque sabes que ya te tienes que dormir, pero te da flojera toda la rutina que tienes que seguir antes de acostarte. No te desanimes, todavía tienes mucho por vivir. Que la edad te sirva solamente para determinar qué cosas te gustan y qué no, sin privarte de nada.