Noticias El Periódico Tarija

Ir al cine ha sido siempre un deleite, por lo menos para quienes gustamos de él, en una ciudad como Tarija no hemos tenido salas para apreciar los detalles más pequeños que pueden ser los más importantes. No sólo la nitidez y definición de las imágenes sino también los colores, el brillo, las texturas, el sonido, etc, elementos siempre a tomar en cuenta si se quiere disfrutar del séptimo arte.

Desde el cine de Acción Catolica, Edén, Grand Rex, Avenida…. como que era lo que había… nos bastaba, se debe destacar el esfuerzo de empresarios privados que apostaron por Tarija, eso era lo que teníamos y casi era sagrado ir a ver una película, cada domingo un estreno, era tan rutinario hacerlo que podía compararse con asistir a misa. Era parte de nuestra agenda de fin de semana. Luego llegó el cine de la Torre, otro esfuerzo destacable que llenaba un vacío de años sin la pantalla grande en nuestro medio, con opciones como proyecciones en 3D que fueron una novedad en Tarija.

En estos últimos años, una apuesta mayor catapultó a nuestra ciudad al nivel de las grandes capitales del mundo, el mega center con sus 10 salas no tiene nada que envidiar en tecnología y confort, un servicio de primer nivel que debemos aprender a valorar y cuidar. Es lamentable que la administración haya tenido que prohibir el ingreso de bebidas no alcohólicas en botellas porque algunos desadaptados no tuvieron ningún problema en arrojarlas a la pantalla. Disgusta ver como se deja comida sobre los asientos o como hay quienes ya los desvencijaron por usarlos como no se debe. Por momentos es como si hubiera quien no desea que tengamos acceso a algo así, porque se ensaña para destruir, dañar y perjudicar. Aplaudimos las inversiones que lleven a Tarija hacia arriba, las debemos apoyar, incentivar y cuidar. Y no es cuestión de educación pues cuando estamos en otras ciudades o países en lugares similares, no hacemos lo mismo, nos comportamos de otra manera.