Noticias El Periódico Tarija

                                     

Construir la ciudad requiere de normas claras, modernas, que permitan fluidez en su aplicación, que faciliten la tarea y no la compliquen además de mecanismos que permitan establecer ciertas medidas incluso de coerción para su cumplimiento. A la vez se precisa de instituciones desburocratizadas con funcionarios honestos que no se conviertan en “cuello de botella» frenando los trámites que les son sometido para su revisión y aprobación. Necesitamos ciudadanos educados que respeten dicha normativa y la apliquen en sus proyectos de construcción en la ciudad. Planificar y ordenar el crecimiento urbano de una ciudad sin duda no es tarea fácil y debe estar en manos de profesionales que no solo tengan buenas intenciones. Hay factores que pueden hacer variar los criterios de planificación como por ejemplo la migración creciente pero hasta eso es medible y se pueden definir parámetros considerándola.  

El problema radica en que lo mencionado solo dibuja el escenario ideal, lo que debería ser, lo que deberíamos tener. La realidad es otra ya que la Dirección de Desarrollo Urbano antes y hoy la Dirección de Ordenamiento Territorial dependiente del municipio, no es una repartición lo suficientemente moderna, técnicamente adecuada ni con procedimientos agiles que permitan generar una dinámica tal que los emprendimientos o proyectos sigan para su aprobación el curso normal pero en tiempos racionales. La burocracia es parte inseparable de esta historia, ambientes improvisados que dan la apariencia de estar ocupados por personal supernumerario que hasta se incomoda para trabajar. Pretender construir una casa o solo realizar ampliaciones se convierte en un calvario para el interesado ya que tiene que hacer mas estaciones que el “vía crucis”, ir de escritorio en escritorio, regresar un número indefinido de veces a la misma oficina y tener que soportar el famoso “se necesita esto mas” a pesar de que supuestamente nos dieron todo el listado de requisitos, nunca es suficiente y algo queda pendiente, una fotocopia, un documento adicional, etc.. Llegamos a pedir a los funcionarios que por favor nos pidan todo de una sola vez así no estamos robándole tiempo al tiempo que no tenemos. Cuando se inicia un trámite da la impresión que mientras más “peros” aparezcan en su revisión, quien lo hace es mejor funcionario, se entiende que son profesionales los que ejecutan esta labor pero surge una suerte de “competencia o celo” ya que entre los arquitectos que diseñan los planos y los arquitectos que los revisan no hay entendimiento o se formaron de manera tan distinta que lo único que aparecen son observaciones y mas observaciones, dejando la duda de quién es el que realmente sabe o dice lo correcto.

Otro aspecto que se debe considerar es el de la idoneidad y honestidad de quienes son contratados en oficinas como estas, si es el favor político el que prima lógico que tendremos instituciones con resultados cuestionables. De acuerdo a quejas y denuncias de siempre, por alguna razón hay trámites que “corren” con mayor rapidez, que no son objeto de tantas observaciones como otros…la pregunta es por qué. Los casos de supuestos “pagos extras” a directores o funcionarios en estas reparticiones públicas siempre han existido, así como la aparición de papeles y documentos alterados que perjudicaron a alguien o favorecieron a otro.