Noticias El Periódico Tarija


Se ha convertido en una vieja costumbre que en particular quien escribe desconoce de donde viene y desde cuando pero esta tan arraigada que las nuevas generaciones la respetan y practican. Cada 28 de diciembre las diferentes promociones, quienes se graduaron como bachilleres, se reúnen para recordar viejos y no tan viejos momentos de colegio, inolvidables pasajes de nuestras vidas junto a quienes compartimos tantos años lindos. Es un excusa perfecta para ver a aquellos amigos que por diferentes circunstancias se alejaron, porque se fueron a estudiar o se quedaron a trabajar en el extranjero, porque se casaron muy temprano, porque viven en otras ciudades, etc., es como volver en el tiempo, es como volver a ser un chango de 17 o 18 años, hasta se habla igual que en esa época, pareciera que el tiempo no paso, que se detuvo, seguimos siendo los de «la Promo», los del «curso», los del B o el C o el A, nos damos cuenta que ese cariño sigue intacto, inalterable…y mientras más años pasan desde que nos graduamos, es probable que algunas inevitables ausencias se sientan más, aquellos que por designios divinos se fueron antes, partieron antes, amigos entrañables que nunca serán olvidados.

Charlamos, reímos, bromeamos, muchos con su vida hecha, con muchas más responsabilidades que cuando dejamos el colegio, ya con hijos que tal vez tienen esa edad que intentamos recuperar cuando nos abrazábamos fuerte y prometíamos que siempre estaríamos juntos a pesar de la distancia, en esos momentos tristes en que dejábamos el colegio pero alegres porque habíamos cumplido una meta, un objetivo, ahora por delante venía la «U», donde había que estudiar para nosotros y ya no para nuestros padres, porque nos convertiríamos en profesionales y de que tan capaces fuéramos dependía nuestro futuro y el de nuestras familias.

Los reencuentros de promociones se han convertido en ese lindo y nostálgico momento de volver a ver a nuestros compañeros de colegio y de toda la vida,que por alguna razón se celebran justo el día de Inocentes, no sabemos si existe alguna relación o es mera coincidencia. En la medida que pasa el tiempo estas reuniones se hacen menos numerosas, ya dijimos que algunos partieron, otros no están en la ciudad, hay quienes tienen otros compromisos y no faltan aquellos (as) a quienes sus maridos o esposas no los dejan ir porque eso si esta claro, sólo están incluidos quienes fueron compañeros de curso y de promoción, no las parejas que vinieron después, más de un conflicto conyugal surgió por la decisión de ir al reencuentro a pesar de la oposición en casa. En fin, la vida tiene momentos, tiempos, situaciones, para todo y si se lo hace sanamente y con la intención de compartir con esas gentes que son parte de nuestras vidas no hay porque llegar a problemas, aprovechemos mientras podamos de hacerlo, de estar con los amigos, con los compañeros, esos que se sentaban en el banco de adelante o en el de atrás, esos que nos ayudaron en los exámenes, esos con los que estudiamos para más de una prueba, aquellos que nos cubrieron de algún profesor o que nos pasaron la respuesta que tanto necesitábamos para no aplazarnos… esos con los que nos unen tantos y tan lindos recuerdos.