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Avalado por una gran eliminatoria y una generación que busca la consagración
ANDRÉS TÓRREZ TÓRREZ

No es casual que hayamos elegido a la selección de Brasil, para iniciar el repaso de las 32 selecciones que jugarán la fase final de la Copa del Mundo Rusia 2018, dentro del camino que transitamos rumbo a este evento.

Brasil, fue la primera selección que sacó su pasaporte mundialista -cuando restaban 3 fechas- en una zona, la sudamericana, considerada la más complicada del planeta, es además la única selección que tendrá asistencia perfecta, al disputar su vigésima primera Copa del Mundo, consecutiva.

Tampoco nos olvidemos que Brasil, con 5 títulos., es la selección más ganadora en la historia de los Mundiales, además todos los títulos conseguidos como visitante, ya que las 2 veces que fue anfitrión, no pudo festejar en casa.

La revancha es lo que busca la “Seleção”, muchos recuerdan el “papelón” del cuarto puesto obtenido en “su” Mundial del 2014, sin embargo también hay que recordar los tropiezos en la Copa América 2015 en Chile y la Copa Centenario en Estados Unidos en 2016, que marcaron el final de toda una generación, precipitada por los pésimos resultados.

En las eliminatorias al mando de Carlos Dunga, arrancó cosechando su única derrota (0-2 ante Chile) y los empates con Argentina, Uruguay Paraguay, cerrando el ciclo del entrenador, tras la séptima fecha.

A partir del 2016, no sólo llegó el  nuevo entrenador Tite, aterrizó la nueva generación de jugadores, tras ganar -por primera vez- la medalla de oro olímpica en Río 2016, es decir Philiphe Coutinho, Gabriel Jesús, Roberto Firmino, etc., que a la cabeza de la “estrella” indiscutida Neymar, plasmaron una eliminatoria casi perfecta.

Brasil con Tite a la cabeza no volvió a perder, sumó 11 triunfos al hilo y los únicos puntos que resignó, fueron por el empate de visitante (0-0) con Bolivia, concretando de esta manera una fácil y anticipada clasificación.

La mejor medida de la recuperación del “jogo bonito” de Brasil, la ha dado la ”torcida” brasileña, sufrida por la humillación del 7 a 1 ante Alemania en su propia casa y que en las eliminatorias, fue acunando el sueño de un nuevo título mundial, colmando los estadios donde jugó la “verdeamarelha”.

Esta efervescencia no ha sido empañada ni siquiera por la corrupción que dio con los huesos del expresidente José Marín Marín, a una cárcel en los Estadios Unidos y a la suspensión por 90 días por parte de la FIFA, del actual titular Franco Polo del Nero, envuelto en otro caso del mal de la época, la corrupción.