Sin duda fue un proceso de selección más estricto y duro, la anterior elección dejó mucho que desear y eso lo reconoció hasta el presidente Evo Morales, el nivel de formación de los profesionales que se sometieron a este proceso electoral para definir magistrados en diferentes instancias es mayor que el de los anteriores. En medio de una serie de especulaciones, conjeturas y denuncias, se desarrolló esta elección, justo después de un fallo del tribunal constitucional sobre otro tema que abrió un camino de muchas protestas a nivel nacional y, por supuesto, tuvo sus efectos.
Se tuvo una oposición promoviendo el voto nulo y un oficialismo convocando a votar, en una jornada tranquila, sin mayores hechos que llamen la atención, la población anuló su voto en mayor porcentaje, para eso recurrió a lo jocoso, a lo gracioso, dejó que su imaginación se plasme en las papeletas de muchas maneras… los jurados electorales son los que más se divirtieron al abrir las ánforas y tener que hacer el conteo, fue chistoso pero… un peligroso mensaje de cómo la gente esta valorando estos espacios que otorga la democracia, se dice que por no tener confianza en los candidatos y en la elección en si pero aún así el gran margen del voto nulo y de la forma en que se anuló, preocupa. Si bien era una opción válida que se tomó, es un mensaje que trasmite muchas cosas. Ahora hay quienes piden la anulación del proceso electoral, si no está apegado a la norma no corresponde, pues la población tuvo la oportunidad de votar por alguno de los candidatos, aunque también se dirá que por el desconocimiento y la falta de confianza la gente eligió votar como lo hizo.
Los que fueron elegidos tienen una gran responsabilidad en sus manos, devolverle la credibilidad a la administración de justicia, romper esa suerte de desconfianza generada por un proceso muy vapuleado. Mostrar que los méritos de la pre selección se plasmarán en la correcta, equilibrada, honesta y transparente aplicación de la ley.
