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Cultura Colectiva

En la cultura de las relaciones afectivas de la sociedad actual, los hombres ocupan el espacio de fortaleza y protección sobre su contraparte femenina. Se trata de un estereotipo decadente que se reproduce generación tras generación y forma tanto hombres como mujeres dispuestos a ocupar el rol que el imaginario colectivo asigna a su relación según el sexo.

De esta forma, el sexo masculino aparece como la parte activa en toda relación. Es quien carga con la obligación de realizar actividades diametralmente opuestas a las asignadas al sexo femenino. Los sentimientos y la fragilidad masculina pueden esperar ante la absurda noción de machos rudos, incapacitados para expresar sentimientos e inquietudes.

Cada uno de estos mitos refuerza la noción que rige la mayoría de relaciones en la actualidad. Un amplio sector de mujeres (y los hombres mismos) consideran que las anteriores son características deseables en una relación de pareja, razón suficiente para romper con los principios que legitiman la desigualdad entre géneros en la sociedad. Éstas son las cosas que un gran sector suele imaginar como «poco masculinas» y sin embargo, son necesarias para una relación plena:

Mostrar sus sentimientos abiertamente

Un hombre con la seguridad para expresar sus sentimientos y compartir alegrías, tristezas, preocupaciones y triunfos con su pareja siempre es más atractivo que el que mantiene cierto hermetismo bajo la premisa de cumplir con un falso ideal de fortaleza, carácter y determinación todo el tiempo.


Preparar la cena

Cualquier hombre con la voluntad de agradar a su pareja puede tomar la iniciativa en la cocina y sorprenderla con una cena romántica para compartir. No hace falta que sea un gran chef ni cocine recetas sofisticadas como ningún otro, lo principal es una actitud propositiva que resulta atractiva en demasía para cualquier persona.


Escuchar con atención

Típicamente, el machismo en la sociedad asume que las mujeres son las mejores conversadoras, mientras que los hombres carecen del don de escuchar y dar consejos al respecto. Un hombre abierto a escuchar a su pareja, a estar al tanto de sus inquietudes y preguntar sobre su día a día con el fin de conocerla más es apreciado por el sexo opuesto.


Hablar con sinceridad sobre la relación

Pocos hombres tienen la claridad mental como para expresar plenamente sus inquietudes sobre el momento de la relación. Esto no sólo mejora la comunicación y aumenta la complicidad en pareja, también es una cualidad que todas las mujeres buscan en un hombre íntegro.


Cooperar con los quehaceres domésticos

Las nociones trasnochadas de que los trabajos de casa son solamente responsabilidad de las mujeres muere poco a poco frente a la igualdad de género que se perfila en todos los sentidos. Una pareja que comparte responsabilidades y tareas está consciente de la importancia de un trabajo en equipo y rompe con las ideas que aquejan al machismo en la sociedad.


Cuidar la apariencia personal

Después del periodo de las primeras citas, toda relación entra en un espacio de confianza y plenitud donde ya no es necesario vestir de lo más elegante para las salidas siguientes. Sin embargo, los hombres que mantienen un aspecto atractivo sin presunción ni caer en el extremo de lucir nada presentable, tienen una ventaja sobre aquellos que se olvidan de su apariencia personal.