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¿Y si nos enamoramos primero de su espíritu y después de la manera en que resulta el sexo con esa persona?

Esa pregunta podría ser una romántica y original forma de iniciar una conversación o hasta de formalizar una relación. No obstante, debemos ser conscientes de que tal vez la otra persona desea sexo de inmediato (o a las pocas semanas) para comprobar si tú eres la mujer o el hombre de sus sueños. Querer comprobarlo a partir del sexo es lógico, hasta cierto punto, mas no un imperativo ni la base del éxito de una relación. Desear a la otra persona, anhelar el contacto con su cuerpo, su piel y su olor es parte de la atracción; pero no todos sienten una conexión física, también están los que se enamoran por medio de un vínculo espiritual.

A pesar de vivir en una sociedad donde el sexo ocupa la mitad (o más) de los pensamientos que tienen tanto mujeres como hombres –mismos que se alimentan de la publicidad que establece patrones sexuales constantes o del bombardeo erótico con el que los medios nos atacan–, no todos piensan que el placer sexual es lo primero y único importante.

Ha aparecido en la órbita social una “quinta orientación sexual” –después de la heterosexualidad, homosexualidad, bisexualidad y asexualidad– que demuestra la evolución del ser humano en sus concepciones sobre la manera de relacionarse entre sí: la demisexualidad.

Los demisexuales parecen trabajar a la inversa de la mayoría: ellos necesitan establecer primero un lazo espiritual y emocional con su pareja para dar el paso a la atracción física y después a la intimidad sexual.

No son asexuales, sienten deseo pero éste viene una vez que han encontrado a la persona con la que se conectan no sólo en gustos materiales y costumbres sociales, sino en algo mucho más profundo a nivel emocional. Un demisexual jamás sentirá deseo sexual por alguien a menos que primero sienta una fuerte conexión espiritual; para ellos el físico es secundario.

Una vez que han logrado ese vínculo emocional, su pasión por el otro se torna intensa –cabe aclarar que pueden sentirse atraídos por cualquier género–. Algunos estudios han señalado que los demis, como se les conoce de manera informal, pueden tener un gusto muy marcado por prácticas como la masturbación o consumir pornografía de manera frecuente. También se les ha denominado como los A-Grey, ya que para muchos los demisexuales se sitúan justo en medio de quienes consideran el sexo algo vital en una relación y aquellos para los que esta actividad resulta repulsiva (asexuales). Los demisexuales son la parte gris de la paleta de colores: los que saben que en algún momento tendrán sexo, pero lo posponen para darle preferencia a otros temas muchos más profundos.

Ellos no postergan el encuentro sexual debido a razones morales, de tiempo o de madurez; los demis realmente no sienten deseo físico en las primeras etapas de una relación, sino hasta después de entablar un verdadero vínculo amoroso que los prepare a dar el siguiente paso. Por ello, si alguien intenta ligar con una persona demi es más que probable que ésta la rechace de inmediato.

Que las emociones y la conectividad “espiritual” con otras personas generen deseo es tan válido como el que alguien siente por una cara bonita, un cuerpo musculoso, una voz sensual o una cintura estrecha. El sexo es una puerta misteriosa que cada vez se intenta abrir más para permitir el ingreso de diversos elementos que lo enriquecen. Para experimentarlo no existe una vía absoluta: con el avance y la evolución de la sociedad van surgiendo posturas nuevas para satisfacer los deseos de las personas según sus necesidades.

Pocos profesionales de la salud y la psicología tienen respuestas a esta tendencia, la cual no tiene nada de insana ni requiere la asistencia de un profesional. La mayoría de los que se identifican con la demisexualidad encuentran apoyo e información en foros de Internet y redes sociales, principalmente.

Se habla de que los demisexuales pasan por una especie de asexualidad temporal hasta que encuentran a la persona adecuada, aquella con la que podrán experimentar una vida sexual constante, estable y satisfactoria. Si por alguna razón los vínculos emocionales previamente establecidos se rompen, el deseo también decaerá y es muy probable que la relación termine. Sorprendentemente, para estas personas no importan los kilos de más, la altura ni otras razones estéticas a la hora de decidir irse a la cama con alguien. Si la mujer o el hombre de su elección son personas sensibles, inteligentes, admirables o confiables, los demis tomarán en cuenta todas estas características para estar seguros de poder entregarles su cuerpo.

Foros de Facebook como “Demisexuales” se han convertido en un espacio educativo y una guía en la que las personas que se identifican con esta preferencia pueden compartir sus inquietudes. Este tipo de grupos e iniciativas son las que le dan sentido y buen uso a las redes sociales, al mismo tiempo que facilita la vida de muchas personas a quienes a veces les cuesta encontrar su sitio en una sociedad tan llena de estereotipos.

Cualquiera que sea tu tendencia sexual, defiéndela, llévala a cabo con orgullo y –sobre todo– disfrútala como lo mejor que tienes en la vida. Si en algún momento has llegado a dudar sobre cuál es la tuya, tal vez el corto que te ayuda a identificar tus preferencias sexuales sea de gran ayuda. Dentro de todo el complejo mar de la sexualidad tal vez te orilles por una de las 10 orientaciones existentes y ni siquiera te hayas dado cuenta.