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Cultura Colectiva

«Mata a tus ídolos»
Luc Sante

 

El ser humano, prácticamente por naturaleza, cuando está en el peor de sus momentos busca sanar su alma y espíritu acercándose a ideales de paz y amor, a la sanación mental, a la luz, a la fuerza… y no es de sorprenderse que los hombres que siempre lucharon por la paz e igualdad en el mundo como Gandhi o John Lennon, tengan una triste y oscura historia personal.

Hablar de las historias personales detrás de un Beatle es casi tan polémico como hablar de política o religión, porque los fans siempre los defenderán pese a todo y todos, pues no se puede tocar la figura de alguien que le ha dado hermosas canciones al mundo y que gracias a ellas ha sido un lugar mejor, canciones que han tenido el poder de sanar almas y darle la respuesta a cientos de personas sobre algo que nadie les podía responder. Así de grandes e importantes son las canciones de Lennon pero, ¿cómo es que una mente que escribió un himno a la humanidad como “Imagine” o “Give Peace a Chance” era también una basura de persona?

Estas son sólo algunas de las acciones de John Lennon que lo califican como un tirano y que nos hacen verlo desde la otra cara de la moneda.

 

Lennon era un ser absolutamente autodestructivo que tuvo la suerte de cruzarse con la música en la que reflejó todas sus frustraciones para convertirlas en brillantez.

 

Siempre estuvo perseguido por sus fantasmas desde su niñez, como la ausencia de sus padres, y la represión de su tía quien se hizo cargo de su educación.
Desde que conoció la fama mundial se creyó con el poder de tratar mal a quienes lo rodeaban, incluso a su familia y amigos.

 

Aunque muy joven se unió a Cynthia Powell por su embarazo, nunca se molestó por ocultar sus aventuras con fans o chicas que le rodeaban comúnmente.

Obligaba a Cynthia a teñirse el cabello de color rubio por su fijación con Brigitte Bardot entre otra serie de agresiones psicológicas.

 

A su separación, Cynthia dejó saber que durante todo el matrimonio, Lennon se acostó con otras mujeres y dejaba drogas por toda la casa. Un día Lennon borracho le contó a Cynthia sobre su romance con una joven artista japonesa, Yoko Ono y poco después Ono reveló que estaba embarazada lo que provocó la inminente llegada del divorcio de Cynthia y John en 1968.

 

Julian siempre vio a Lennon como un padre ausente, materialista e hipócrita, así que cuando McCartney se dio cuenta de la situación, le escribió una canción al pequeño: “Hey Jude”. El título del tema era inicialmente “Hey Jules” pero Paul lo cambió a Jude porque sonaba mejor. En su niñez, Julian Lennon frecuentaba más a Paul McCartney que a su propio padre.

 

Julian Lennon supo que la canción estaba escrita para él casi veinte años después, ya que muchos, incluído John Lennon, pensaban que la canción era sobre él y su relación con Yoko.

 

La propia Yoko ha confirmado que Lennon era en efecto, agresivo e infiel, pues su más famosa infidelidad fue con May Pang, pero Ono dice que la aventura de 18 meses fue simplemente un merecido descanso dentro de su relación y «no hizo daño».

A lo largo de la historia se le ha culpado a la artista conceptual de la desintegración de los Beatles, pero el mismo Lennon hacía que Yoko lo acompañara a las prácticas de la banda, detalle que molestaba a sus demás compañeros.

 

Psicólogos han asegurado en diferentes biografías no autorizadas que Lennon en realidad tenía problemas de carácter como Chris Brown, James Brown, Randy Travis o cualquier otro artista con una reputación trastocada por ser agresivos.

 

Era un tipo que disfrutaba insultando y ridiculizando a la gente; ni sus compañeros de grupo se salvaron de sus molestos comentarios en público.

 

The Beatles siempre pendían de un hilo por el ego desmedido de John que, con la muerte de Brian Epstein y la presencia en todo momento de Yoko, sólo aceleraron el inevitable final del cuarteto.

Nos guste o no, Lennon siempre fue un ser atormentado pero es innegable que algo no estaba bien con él, ejemplo claro de eso siempre será “Help” canción con la que él mismo confesó que fue su forma de sanar su época de “Elvis gordo», fue su auténtico grito de auxilio; estaba deprimido, fumaba marihuana para desayunar y todos los días pensaba en saltar por la ventana. “Al final, la gente más violenta y perdida es la que busca el amor y la paz” dijo el músico.