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Mercedes Bluske y Jesús Vargas Villena

(elPeriódico-septiembre 18/2017) El incendio forestal de agosto, evidenció una serie de debilidades. Una de ellas, la falta de materiales y equipos necesarios para capear este tipo de problemas.

El director de la Unidad de Bomberos de la Policía Boliviana, mayor Roberto Siles, dijo que  piden, principalmente, el compromiso de las instituciones, indicando que desde el año 2015 realizan solicitudes de equipamiento, sin recibir respuesta  de la Gobernación.

“Quiero suponer que la falta de respuesta ha sido de orden administrativo”, acotó al respecto.

Para Siles, existe una desinformación respecto a las obligaciones legales que tiene “sobre todo” la Gobernación, las que son atribuidas en el marco de la Ley de Bomberos  N° 449, por tratarse de unidades desconcentradas de la Dirección Nacional de Bomberos.

“Es mejor tener un equipo, bajo la probabilidad de que no se utilice, a no tenerlo, que es lo que hemos podido experimentar esos cuatro días”, expresó respecto a la situación que pasaron intentando sofocar el incendio.

La falta de equipamiento ponía en riesgo su salud, la de los voluntarios y la falta de herramientas, retrasaba su carrera por apagar el fuego en una batalla contra reloj,  contra los fuertes vientos.

Overoles anti flama, protectores oculares, casco, mochila de agua y botas, son parte del equipo que necesita un bombero o un voluntario, para  atender un incendio forestal.

Sin embargo, en Tarija, cuentan con el material mínimo. “Si alguien sale herido tiene que ser evacuado por otros compañeros y esto va restando fuerza a la operación”, agregó respecto a parte  de los problemas que ocasiona el trabajar sin la protección adecuada.

Los 30 bomberos de la unidad policial, acudieron a Sama con su uniforme habitual, el que no los protege del fuego y es más pesado que el equipo especial.

El overol anti flama no sólo repele el fuego, sino que es muy liviano.

Desde su perspectiva, debería haber una reunión post incendio, convocada por las instituciones para hacer una análisis de lo sucedido y para la prevención de una eventualidad a futuro, porque todos los años en la época seca, Tarija se ve envuelta en llamas, aunque no siempre de esta magnitud.

4 días de trabajo intenso

La Unidad de Bomberos recibió el aviso de un incendio a través de la central del 110, el miércoles 9 de agosto en la tarde. Un equipo se desplazó a la zona, pero al ver que el fuego se propagaba rápidamente gracias a los fuertes vientos, se hizo el llamado a todas las unidades.

Las condiciones climatológicas y el escabroso terreno, frenaron las labores nocturnas ante el riesgo de que el personal pudiera salir herido. Horas después, con los primeros rayos del sol, continuó el trabajo junto con otros grupos voluntarios. En los siguientes días se sumó la ayuda internacional, helicópteros y grupos voluntarios de otras ciudades del país.

Finalmente,  el fuego pudo ser controlado entre el sábado por la noche y la madrugada del domingo.

Paradójicamente,  las 24 horas posteriores al control del fuego, los bomberos tuvieron que acudir a sofocar otros focos de calor, unos que se habían reactivado, pero otros eran nuevos, provocados por la irresponsabilidad del hombre.