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Veinticinco años después de firmado el protocolo de Ilo, en 1992, Bolivia y Perú se empeñaban, entre jueves y viernes en Lima, en un acuerdo que permita al primer país, mediterráneo hace casi siglo y medio, coadministrar el puerto surperuano y pasar por sus muelles su comercio exterior, además de construir un megapuerto en aras de concretar el corredor bioceánico sudamericano.

Este emprendimiento centra ya las conversaciones políticas de los presidentes Evo Morales, de Bolivia, y Pedro Pablo Kuczynski, de Perú, en el gabinete binacional de estos días en Lima.

En base del comodato (préstamo gratuito) hasta 2091, que contempla el protocolo de 1992, firmado por los presidentes Alberto Fujimori y Jaime Paz Zamora y, más aún, en los acuerdos de 2010 de Morales y su entonces homólogo de Perú, Alan García, la decisión boliviana implica la posibilidad de invertir en el desarrollo de las instalaciones actuales del puerto de Ilo.

Bolivia, como Estado «tiene la espalda, la musculatura para hacerlo», dijo en declaraciones a la ABI, el ministro de Obras Públicas, Milton Claros.

Ilo se emplaza a 1.200 km al sur de Lima.

Mediterránea desde 1879, Bolivia pondrá en Lima toda la carne al asador para que Ilo se convierta, en el plazo más breve posible, en el puerto por excelencia para su comercio ultramarino, sopesadas las dificultades crecientes que enfrenta para desarrollar su comercio exterior por los chilenos de Arica y Antofagasta, además de las desaveniencias políticas recientes con Chile.

En base del Tratado de 1904 –que le sentenció a la mediterraneidad tras resignar, a manos de Chile, su salida al mar Pacífico (400 km de costa y 120.000 km2 de territorios de desembocadura), tras la invasión de su entonces puerto de Antofagasta en 1879– que le otorga el libre tránsito de mercaderías y personas, Bolivia exporta e importa por puertos chilenos cerca de 4.000 toneladas año de productos y minerales.

«Hay sustanciales avances en el tema de Ilo, porque el corredor interoceánico ya es de interés regional y continental», dijo la víspera en La Paz el canciller boliviano Fernando Huanacuni.

Bolivia, cuya Administración de Servicios Portuarios de Bolivia viene de contratar, a manera de seña, el paso de 60.000 toneladas de sus productos de exportación por Ilo, acicatea incluso, con el mismo vigor, la construcción paralela de un megapuerto en ese puerto del sur peruano, que podría demandar una inversión que oscila  los 10.000 y 14.000 millones de dólares, que ha despertado el interés de empresas de Alemania, Suiza, ahora último de España y también de China.

Esto, sin marginar, a inversores públicos y privados de Sudamérica y también locales de Bolivia, siempre según Claros.

Morales y Kuczynski se encontrarán el viernes en Lima en el mejor momento de la relación de Bolivia y Perú en décadas, acicateado por el más grande emprendimiento bilateral en 191 años de historia conjunta, un tren que discurra por los 2 países y Brasil y vincule de este a oeste Sudamérica y los dos océanos que la circundan.

Kuczynski y Morales abordarán con prelación la construcción del corredor central bioceánico, que comporta el tendido de un ferrocarril rápido, de 3.000 km de extensión, que vincule, en ambos sentidos, los puertos de Santos, en el Atlántico de Brasil (oriente), y de Ilo, en el Pacífico de Perú (occidente).

La idea involucra que en las antípodas del tren bioceánico se yergan dos megapuertos.

Se trata, según Morales, del «Canal de Panamá del siglo XXI», que incorpora, por supuesto al gigante Brasil, y también a Paraguay Uruguay interesados en colocar sus exportaciones en el ahora rico Asia, sin necesidad de bajar sus embarcaciones hasta el Estrecho de Magallanes para subir luego hasta el Pacífico norte.

Morales llegaba este jueves por la tarde a Lima y, antes de encontrarse con Kuczynski, expectará el partido entre las selecciones de Bolivia y Perú por la eliminatoria sudamericana para el Mundial de fútbol Rusia-2018.

Entre tanto Huanacuni y su homólogo peruano Ricardo Luna y sus equipos de técnicos, perfilarán la declaración  de Lima, en la que ya trabajan bolivianos y peruanos en 6 mesas en las oficinas de la cancillería limeña.

Las conversaciones de este tercer gabinete boliviano peruano consecutivo desde 2015 giran alrededor de 4 ejes temáticos.

Bajo la presidencia de Morales y su homólogo peruano a la sazón, Ollanta Humala, el primero se celebró en Cusco y marcó un nuevo tiempo en la relación bilateral fundada el 15 de noviembre de 1826.

Un año más tarde Morales citó a Kuczynski en la ciudad de Sucre, en el subandino boliviano, donde se dio impulso, en firme, al proyecto de construcción del corredor central binacional y su tren rápido.

El corredor bioceánico tiene la venia de la Unión Sudamericana de Naciones y el Mercado Común del Sur.

Esto mientras Bolivia y Chile litigan en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) por la cesión de una salida soberana al Pacífico.

La agenda del III Gabinete Binacional de Perú y Bolivia implica además el tratamiento de temas medioambientales, de seguridad, defensa e integración.

Los palacios Quemado y de Pizarro deben alcanzar acuerdos también para descontaminar el Lago Titicaca, el navegable más alto del mundo emplazado sobre 4.000 m de altura sobre el nivel del mar y 8.00 km2 de extensión que Bolivia y Perú comparten en los Andes sudamericanos, como también para combatir el narcotráfico, la delincuencia fronteriza y ahora más aún la trata de personas.