Noticias El Periódico Tarija

Hugo Menchaca Alli

(Ciudadano boliviano que vive en Villa Montes, Región Autónoma del Chaco Boliviano)

Mes de marzo, como es de costumbre, las actividades recordatorias con relación a la conflagración bélica entre Bolivia y Chile, serán muchas. Se recordará la gesta heroica y patriótica de Eduardo Avaroa, Genoveva Ríos, Ladislao Cabrera, Narciso Campero, Camacho.  Se recordarán  las acciones diplomáticas realizadas por nuestro país después de la firma del ominoso Tratado de 1904, y se traerán a colación otros aspectos histórico, que son de menester recordarlos.

Pero, se dirá muy poco (o quizá se dirá nada) del Gral. Rufino Carrasco, gran héroe chicheño en la Guerra del Pacífico, estuvo bajo su responsabilidad el Escuadrón de Francotiradores de la V División a cargo de Narciso  Campero, quien demostró una actitud muy sospechosa y de traición en dicha contienda bélica y lamentablemente, hoy en día se le rinde honores y pleitesía. En cambio Rufino Carrasco se encuentra desterrado en el más negro de los olvidos, pese a que fue el gestor de la única batalla ganada (la Batalla de Tambillo) por un contingente boliviano en la Guerra del Pacífico, contingente compuesto por chicheños y chapacos, es importante que este dato histórico no debe ser olvidado por los pueblos del sur de Bolivia.

Mucha tinta se ha vertido a propósito de la relación histórica sobre la Guerra del Pacífico, desde el punto de vista boliviano, chileno, y peruano, empero, quizá puede resultar incluso ocioso repetir aspectos que ya se han escrito, sin embargo es importante, rescatar aspectos importantes que conlleven a comprender el espíritu y la motivación del presente artículo.

Como todas las guerras que sostuvo Bolivia, la Guerra del Pacífico fue por razones económicas, en este caso, por la voracidad de transnacionales  inglesas en componenda con la oligarquía chilena de explotar el guano y el salitre, para su exportación a Europa, cuyos campos de sembradíos se encontraban ya exhaustos, y consecuentemente demandaban insaciablemente el guano y el salitre de la costa marítima boliviana. Los gobiernos de Bolivia y Chile fueron simples títeres de las transnacionales  y empresarios del guano y del salitre. En el caso boliviano, no interesaron motivaciones patrióticas (salvo raras excepciones como la de Avaroa y Carrasco), sino las acciones y decisiones gubernamentales fueron digitada en función a los intereses de los empresarios de la plata, es decir de Aniceto Arce, quien no se encontraba preocupado por el destino dela Guerra, sino de la forma en asegurarse la exportación de sus minerales que explotaba de la riquísima mina de Huanchaca en el departamento de Potosí.

En la historia de la Guerra del Pacífico, salvo las contadísimas acciones patrióticas del ejército boliviano, así como de nuestro aliado el Perú, pero en lo general, dicha historia se encuentra plagada de hechos cuestionados y totalmente repudiables, como la retirada de Camarones, que impidió que el ejército boliviano pueda avanzar en defensa de territorios ocupados en el Litoral Boliviano, un hecho realmente vergonzoso, donde primaron más lo intereses y la angurria del poder por parte de la alta oficialidad boliviana, las inquinas entre los conductores de la guerra por tomar el poder político. En plena contienda bélica  Narciso Camero asumió el poder por golpe de Estado en contra del Presidente Hilarión  Daza, quien se encontraba en plena movilización militar, una verdadera vergüenza, que exalta y encabrita el espíritu de cada boliviano que verdaderamente ama su Patria.

Desde estas líneas se sugiere que para comprender de una manera crítica y hasta autocrítica las motivaciones y los entretelones de la Guerra del Pacifico los lectores se puedan remitir a ver la Película “Amargo Mar” de Antonio Eguino, y revisar los libros: “Guano Maldito” de Joaquin Aguirre Lavayen, “Guano, Salitre y Sangre” de Roberto Querajezú Calvo, “Historia Secreta de la Guerra del Pacífico” de Edgar Oblitas Fernández y la bibliografía histórica del historiador chileno Cástulo Martínez. Este material es suficiente para poder comprender la magnitud del vilipendio, manifestado a nuestra querida patria Bolivia, cercenándole injustamente una gran extensión de terreno que además ha provocado su enclaustramiento.

¿Sin embargo, quién fue Rufino Carrasco?

Rufino Carrasco fue un militar boliviano, chicheño (potosino) nacido en Talina en el Municipio de Tupiza, en el año de 1817. Existe un breve esbozo biográfico de Rufino Carrasco escrito por un pariente suyo, el párroco de Talina Simón Torres Carrasco. Se sabe que Rufino Carrasco empuñó las armas desde su temprana juventud, habiendo ascendido de grado en diferentes  momentos de su carrera militar, de tal forma que cuando se alistó para participar en la Guerra del Pacífico, Rufino Carrasco tenía el grado de Coronel y contaba con sesenta y dos (62) años. Con relación a su ascenso a General, fue en el año de 1888 por la Cámara de Senadores, después de haber sido humillado, vilipendiado, degradado, encarcelado…, pero,  ya muy tarde, cuando además Rufino Carrasco ya se encontraba muerto, asesinado en 1880, en las puertas del Templo de San Francisco de la ciudad de La Paz.

Existen algunos pasajes de la vida del Gral. Rufino Carrasco, con relación a su vida militar, el inicio de su carrera en el Gobierno del Mariscal Andrés de Santa Cruz su participación en la Batallas de Yanacocha y Socabaya en 1836. Igualmente, estuvo en las inmemoriales contiendas de Humahuaca, Iruya, Montenegro y en los gloriosos campos de Ingavi. También existe una interesante  referencia histórica de Rufino Carrasco en el libro de O Connor D´Arlach con relación a la biografía escrita del tirano Mariano Melgarejo “Dichos y Hechos del General Melgarejo”.

Es interesante y harto ponderable el trabajo de investigación efectuada por el abogado – historiador y artista José Franz Medrano Solares (El Gato), a propósito de la vida de Rufino Carrasco y la Batalla de Tambillo, pues a través de dicho trabajo podemos comprender la magnitud y la importancia de la presencia de Rufino Carrasco en la Historia de Bolivia, además de conocer la bellísima composición musical que ha efectuado el Gato con el nombre de “Elegía a Rufino Carrasco” (cueca tupiceña), que es obligación de las bolivianas y los bolivianos escucharlo y reflexionar en tono a ella.

Al final, al margen de todos los detalles históricos, que a veces resultan abrumadores, cansadores,  es importante retrotraer con intensidad del sentimiento, estos hechos histórico, para revalorizarlos, en este caso, resulta inconcebible e injusto que al líder de la única batalla ganada por un ejército boliviano, se lo olvide, y pase desapercibido la forma en como fue abandonado el valiente Escuadrón de Francotiradores en pleno desierto, y cuyo líder Rufino Carrasco, fuera vejado en la ciudad de Potosí, degradado, encarcelado, supuestamente por insubordinación a Narciso Campero , quien no tuvo la voluntad más mínima de movilizar  a la Quinta División, en el que el país había depositado sus más sagradas esperanzas para recuperar los territorios avasallados por el ejército chileno.

Definitivamente, los héroes de la Batalla de Tambillo, compuesta por Chicheños y Chapacos,  no pueden ser ninguneados, sus héroes a la cabeza de Rufino Carrasco no pueden ser soterrados por la indiferencia, es hora de que la historia empiece a pedirles disculpas.