Noticias El Periódico Tarija

Un niño de nueve años estaba sentado en su pupitre, cuando de repente observó que había un charco en sus pies y que la parte delantera de sus pantalones estaba mojada, al darse cuenta de lo sucedido, pensó que su corazón se iba a detener, no podía imaginarse como le había sucedido eso, nunca antes le había pasado y sabía que cuando sus compañeros de curso se dieran cuenta se iban a burlar de él y no volverían a hablarle mientras viva.
El niño agachó la cabeza y pronunció la siguiente oración: “Querido Dios, esta es una emergencia, necesito ayuda ahora, ya que dentro de cinco minutos estaré muerto”. Al levantar la cabeza vio venir a la maestra con una mirada que le decía que había sido descubierto.
Mientras la profesora caminaba hacia él, una compañera llamada Susy cargaba un pez dorado en una pecera llena de agua, Susy tropezó frente a la profesora e inexplicablemente derramó toda el agua en el regazo del muchacho, el niño aparentó estar enojado, pero al mismo tiempo decía dentro de sí: “Gracias Señor, gracias Señor”. Y de repente, en lugar de ser ridiculizado, el niño se convirtió en objeto de simpatía, la maestra lo llevó a la dirección rápidamente y le hizo poner unos shorts de gimnasia mientras se secaran sus pantalones.

Mientras tanto, los otros niños estaban arrodillados limpiando alrededor del pupitre y el ridículo le había tocado a alguien más, a Susy, ella trataba de ayudar, pero todos le decían que se quite.
Al final de la jornada, mientras esperaban el bus, el niño se dirigió a Susy y en un murmullo le preguntó: “Lo hiciste a propósito, verdad…”. Susy le respondió con el mismo murmullo: “Yo también me oriné en los pantalones una vez”.

Lección: Que Dios nos ayude a ver las oportunidades de hacer el bien a los demás. Todos y cada uno de nosotros estamos pasando por momentos difíciles ahora mismo, pero Él, está preparándose para bendecirte de una manera que sólo Él puede. Conserva la fe.